En la madrugada del lunes 14 de octubre, Israel bombardeó el abarrotado campamento de desplazados instalado en el hospital Al-Aqsa, lo que hizo arder muchas de las carpas instaladas allí. La carpa que el joven Sha’ban al-Dalou levantó con sus propias manos para darle cobijo a su familia se convirtió en su pira funeraria.