Tras su lanzamiento en 2017, Zelle se ha convertido en una de las redes de pagos entre pares más grandes de EE. UU. Sin embargo, un informe del New York Times reveló un aumento en las estafas en Zelle, lo que generó preocupación entre los legisladores. Según el informe, los usuarios de Zelle perdieron $440 millones en fraudes en 2021. Esto llevó a una audiencia en el Senado, donde la senadora Elizabeth Warren criticó a los bancos por no proteger a sus clientes. El fraude de imitadores fue la estafa más denunciada en 2022 en todos los métodos de pago en EE. UU., con pérdidas de $2.600 millones, según la Comisión Federal de Comercio. En respuesta a estas preocupaciones, los bancos de Zelle han comenzado a reembolsar a las víctimas de estafas de impostores, revirtiendo transferencias realizadas a estafadores que se hacen pasar por agencias gubernamentales o proveedores de servicios existentes. Esta nueva política representa un cambio significativo, ya que anteriormente los bancos se negaban a reembolsar a los clientes engañados. La Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) ha respaldado estos cambios y ha instado a Zelle a seguir protegiendo a los consumidores de los malos actores.